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En este articulo:
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Nuestros orientadores culturales ayudan a los pacientes a superar las barreras del idioma para acceder a los servicios de atención médica.
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Actualmente, el equipo está compuesto por tres orientadores, y queremos agregar más orientadores para prestar servicios a más comunidades.
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El equipo de Filantropía puso en marcha este programa vital. Su donación nos ayudará a conformar este equipo.
¿Qué sucedería si visita a su familia en un país donde no habla el idioma y, de repente, debe realizarse una cirugía compleja y costosa? La idea es sobrecogedora. Sin embargo, muchas personas deben afrontar este tipo de barreras estresantes de manera habitual a la hora de recibir atención en nuestra comunidad, ya sea que necesiten atención de urgencia o de rutina.
En Providence Swedish, los orientadores culturales actúan como puente entre los pacientes que enfrentan barreras culturales y lingüísticas, y la atención médica que necesitan y merecen. Gracias a donantes generosos como usted, este programa vital ha estado conectando a los pacientes con servicios de atención y recursos desde 2020.
Saba Abera ayudó a un paciente visitante a solicitar asistencia económica mensual no solo para realizarse una cirugía que le cambiaría la vida, sino también para recibir la atención de seguimiento necesaria para una recuperación exitosa. “La presentación de solicitudes es un proceso fácil, pero con la barrera del idioma, los pacientes pueden sentirse abrumados fácilmente”, indica Saba. Contar con una persona que conozca el proceso y que pueda responder cualquier pregunta en su idioma puede ser una ayuda invaluable para los pacientes que no están familiarizados con nuestro sistema de atención médica.
Además de Saba, otros dos orientadores culturales, Mohammed Akmoosh y la supervisora Silvia Kennedy, completan el equipo de tres. Como todos los orientadores provienen de un entorno diferente, cada uno aporta habilidades complementarias, conocimientos culturales y conexiones comunitarias para ayudarnos a atender mejor a los pacientes que, de otro modo, deben enfrentarse a dificultades en el sistema.
Los pacientes (o vecinos, como los llaman nuestros orientadores culturales) se suelen derivar al programa mediante nuestras tres clínicas de medicina familiar atendidas por médicos residentes y médicos del personal de Providence Swedish. Prestan servicios a diversas comunidades en el área de Seattle y ofrecen atención según una escala variable. Los pacientes que tienen dificultades para acceder a la atención o comprender las opciones de ayuda económica, o que enfrentan otras barreras culturales o lingüísticas se ponen en contacto con un orientador.
Nuestros orientadores culturales en cifras en el año 2022
Más de 100 pacientes recibieron ayuda de manera individual, entre los que se incluyen más de 30 personas inscritas en Apple Health.
El equipo asistió a 46 eventos comunitarios.
Se organizaron de manera conjunta 6 campañas para hacer mamografías móviles.
Se distribuyeron más de 70 manguitos para medir la presión arterial.
Se prevé realizar 35 eventos comunitarios y montar 8 clínicas móviles para hacer mamografías en 2023.
Escuchar y aprender
Muchos pacientes tienen motivos para desconfiar del sistema de atención médica o sienten que no son bien recibidos. Con ese contexto en mente, nuestros orientadores a menudo se encuentran con los pacientes en el lugar donde están: en un espacio público cerca de donde viven. Las conversaciones son informales y se centran en escuchar las experiencias de los pacientes y lo que necesitan. “A veces tenemos que quitarnos el sombrero profesional e iniciar estas conversaciones como miembros de la comunidad”, señala Mohammad. “Lo más lindo de este equipo es que pertenecemos a estas comunidades y hemos adoptado todas las medidas equitativas posibles para ser humildes, escuchar y crear un espacio que se sienta seguro. Al mismo tiempo, también aprendemos de nuestros vecinos”. Este es el motivo por el que nuestros orientadores llaman vecinos a los pacientes, porque, ante todo, son vecinos.
El programa está diseñado para ser flexible, por lo que las conversaciones no deben ajustarse a la estructura de una cita rígida. Si un paciente solo está disponible los fines de semana o por la noche, los orientadores se adaptan a esas circunstancias para que el servicio sea realmente accesible. Además de acceder a ayuda económica y asistencia con la programación de citas y las recetas, nuestros orientadores culturales también cuentan con la certificación correspondiente para inscribir pacientes en el plan Apple Health de Washington (Medicaid). Sin embargo, la asistencia puede ir mucho más allá de lo que tradicionalmente consideramos salud, ya que también implica ayudar a la persona y a la familia en otros ámbitos.
Eso incluye conectar a los pacientes con servicios de asistencia comunitaria en lo que respecta a la vivienda, los alimentos, los suministros esenciales y mucho más. Silvia recuerda a una familia que viajó desde México en condiciones difíciles. Una hija quería matricularse en la universidad, pero no había podido terminar la escuela secundaria. En colaboración con el Consulado de México, Silvia ayudó a la joven a inscribirse en un programa en línea para obtener su diploma.
“El bienestar es un concepto extenso”, señala Silvia. “El sistema de atención médica no brinda a los cuidadores el tiempo y el espacio para preguntar a nuestros vecinos y miembros de la comunidad qué más necesitan para estar bien”.
Silvia también descubrió que, una vez que ayuda a una persona o a una familia, estas hacen correr la voz entre sus familiares y vecinos, lo que permite ampliar el alcance del programa y fortalecer las conexiones comunitarias.
Trabajamos con las personas en sus comunidades
Además de ayudar a los pacientes y a las familias de manera individual, el equipo de orientación cultural también viaja por el área de Puget Sound para ofrecer exámenes y servicios de salud en eventos comunitarios. Regalan manguitos para medir la presión arterial y crean conciencia sobre la presión arterial elevada. Además, se acercan a las comunidades en camionetas especiales para ofrecer el servicio de mamografías y otros exámenes de detección que permiten salvar vidas.
“El arduo trabajo de nuestros orientadores culturales realmente ha permitido cultivar relaciones orgánicas en la comunidad”, señala Jesus Elizalde-Lindgren, gerenta regional de Health Equity Integration. “Parecernos, expresarnos de la misma manera, comprendernos. Todos estos son componentes importantes para los servicios que brindamos”.
Mientras el equipo de orientación cultural continúa construyendo nuevas conexiones, Jesus trabaja para ampliar aún más el equipo. Su objetivo es sumar orientadores que hablen más idiomas para complementar las fortalezas existentes del equipo y ayudar a muchas más comunidades.
El equipo de Filantropía puso en marcha este recurso vital, y su donación puede ayudarnos a formar un equipo que refleje plenamente a los pacientes a los que brindamos nuestra ayuda. Puede apostar por un futuro saludable para todas las comunidades con su donación a la Swedish Foundation.
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